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Desafío y grandeza de la Inteligencia Relacional

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Cómo la Inteligencia Relacional afecta las relaciones en las organizaciones.

El autoconocimiento en los líderes

Un líder que no se conoce lo suficiente, generalmente, no tendrá mucho interés en querer conocer a su equipo, sus fortalezas y debilidades. Craso error para él y para construir Inteligencia Relacional en su empresa, esa capacidad de crear conexiones fuertes y significativas con nuestro entorno. De esa forma, la ausencia de autoconsciencia afecta al líder, a su equipo y a la organización.

La autoconsciencia emocional y la capacidad de tratar con personas muy diferentes a uno mismo son habilidades clave en un buen líder, según recientes investigaciones y teorías de liderazgo. Es partir de uno para impactar positivamente el todo, pues si el líder no tiene conciencia de sus fortalezas y debilidades queda sin base para detectarlas en su equipo. Eso es trabajar a ciegas, pues no conocer las habilidades de las personas con que trabajo, es no saber lo mejor que cada colaborador puede entregar al equipo.

La Inteligencia Relacional es crear y mantener relaciones humanas de calidad, es tener poder de conexión entre personas distintas entre sí, que juntas forman un gran engranaje virtuoso. Tal Ben-Shahar, sicólogo y filósofo de la Universidad de Harvard, aconseja a los líderes a: “Enfocarse en las fortalezas del empleado. Mirar de verdad al empleado y preguntarse: ‘¿para qué es buena ella?

¿cuáles son sus talentos? Y dejar que el empleado exprese esos talentos”.

Trabajar en sintonía

La autoconsciencia, unida a la diversidad y a las relaciones son la sólida base para construir Inteligencia Relacional en las organizaciones. Un líder consciente de sus fortalezas y debilidades, las reconoce en cada integrante de su equipo y forma un grupo en sintonía con la diversidad y las relaciones humanas.

El liderazgo respetuoso y propulsor de la diversidad vence la dificultad de los equipos en tratar con los distintos tipos de estilos humanos y las nuevas generaciones. Una organización que acoge la diversidad, gestionándola bien, también puede tener una mayor comprensión de las necesidades de distintos clientes, ofreciendo un mejor producto o servicio. Ello es ampliar el liderazgo y también los talentos en la empresa, teniendo acceso a más alternativas de soluciones a desafíos y formas innovadoras de trabajar.

La autoconciencia y la diversidad bien gestionada, es decir, respetada y orientada a ayudar al equipo a alcanzar resultados de excelencia, hace parte de relaciones humanas y profesionales de calidad. Relaciones entre los integrantes de un equipo de trabajo, y también cómo el líder y la empresa se relacionan con los stakeholders y el medio ambiente, considerando el Triple Bottom Line.

Un líder que ve la importancia de crear buenas relaciones con la comunidad, así como con sus empleados, también amplía su liderazgo, más que eso: es el liderazgo necesario hoy. Una empresa, que fabrica su producto u ofrece su servicio, con un líder autoconsciente, gestor de un equipo diverso, con relaciones de calidad. Es un liderazgo, cuyas buenas relaciones también son cultivadas con clientes, proveedores, comunidades y el medio ambiente.

Un medio, no un fin

En un mundo cada vez más conectado, donde la tecnología nos permite una mayor comunicación, el liderazgo también se puede apoyar en ellas. Sin embargo la tecnología no puede, ni debe, reemplazar las relaciones humanas, tampoco en el mundo corporativo. “La tecnología nos ha abierto nuevos mundos, pero nos está cerrando una de las puertas fundamentales para lograr satisfacción con la vida: las relaciones sociales cara a cara”, dice el sicólogo de la Universidad de Harvard, Tal Ben-Shahar.

Las tecnologías son valiosas herramientas para mejorar la comunicación en las organizaciones, y ayudar a establecer mejores relaciones; son un medio no un fin. Por lo tanto, todo líder debe tomar cuidado para no relacionarse con sus funcionarios solamente a través de las herramientas tecnológicas. Eso sería un liderazgo frío, distante; un liderazgo que no lo es en la práctica.

Preguntarse para liderar

Llega un momento en que todo líder se pregunta: ¿Cómo es mi organización hoy, y cómo me gustaría que sea en el futuro? Si esas preguntas no han sido hechas aún es importante no postergarlas, pues todo buen líder debe hacérselas y encontrar sus respuestas. Caso contrario es trabajar a ciegas, como navegar sin un norte, constituyendo un liderazgo sin proyección, perjudicando tanto la empresa como el propio líder.

Existe una visión confirmada por diversos investigadores de que todos tenemos “puntos ciegos” y que por eso no notamos el impacto negativo que algunos de nuestros comportamientos generan en nuestro entorno. Eso puede traer resultados desastrosos, como afirma el coach Richard Koonce: “El que no reconoce sus puntos ciegos es un desastre andante en el ambiente

de trabajo. Un líder que lleva a sus tropas hacia el precipicio”, afirma Koonce.

¿Cómo repercute mi comportamiento en los demás? Es una pregunta que líderes y equipo también deben hacerse, pues si no me conozco no puedo trabajar bien con otros. Por eso, en Hallos ofrecemos programas, soporte y herramientas, que ayudan a los líderes a ampliar su autoconciencia, encontrar nuevas formas de involucrar y tratar con la diversidad en las relaciones y en la formación de equipos de alto rendimiento. Todo un trabajo orientado al desarrollo de la Inteligencia Relacional en base a tres pilares fundamentales: autoconsciencia, diversidad y relaciones.