El liderazgo es el resultado de una suma de habilidades requeridas para conducir gente en cualquier situación. Es especialmente relevante en las organizaciones para el trabajo en equipo y la gestión de proyectos.
Sin embargo, como toda habilidad, tiene un ciclo de desarrollo y también existen errores que cometen los líderes con frecuencia. Te contamos cuáles son y cómo aplicar buenas prácticas que te permiten solucionarlos, poniendo brillo a tu desempeño.
5 errores de liderazgo más comunes y sus soluciones
A pesar de toda la preparación que hayamos tenido en materia de liderazgo, es posible que nos equivoquemos. A continuación, señalamos 5 errores frecuentes que debes evitar cuando conduces gente.
1. Descuidar los objetivos
Un líder debe tener claro el destino al que se dirige. Siempre debes tener en cuenta que el liderazgo es una habilidad bidireccional que se fundamenta en la autoridad que el otro te otorga, solo así se deja guiar.
La autoridad es entregada a personas en las que se confía, por lo que parte de tu tarea es hacerte confiable. Cuando un líder no muestra un destino claro, produce confusión en el equipo que le acompaña. Descuidar los objetivos es un error común de los líderes novatos, incluso en los que tienen experiencia cuando están muy ocupados.
Solución: Enfócate
Un buen líder tiene visión sistémica de la organización; en consecuencia, se enfoca en los objetivos y establece tiempos realistas. Asegúrate de ir más allá de las tareas y de conocer el propósito de lo que haces.
También es importante que al tener claros los objetivos los comuniques a tu equipo con suficiente anticipación. De esa forma, todos estarán alineados en el logro de las metas.
2. Estar demasiado ocupado
El ritmo de las empresas hace que en muchos momentos la atención se dirija a las tareas operativas. Este es un riesgo del liderazgo debido a que se consume todo el tiempo con tareas de urgentes y repetitivas, que no aportan crecimiento real a mediano y largo plazo.
La tarea fundamental del líder es dirigir gente. Si te ocupas en tareas pequeñas que puedes delegar, estás desperdiciando horas-hombre de alto valor; y terminas muy cansado para atender lo importante.
Solución: Prioriza
Las personas que están demasiado ocupadas se sienten abrumadas y les cuesta saber dónde poner su atención. Por ello, la buena práctica que corrige este error es priorizar.
Stephen Covey, businessman y renombrado educador sobre productividad y ventas, llama a esta buena práctica del liderazgo “primero, lo primero” y lo considera uno de los hábitos de la gente altamente eficiente. Separar lo urgente de lo importante es una habilidad clave para alcanzar metas.
3. Malas prácticas comunicacionales
Cuando un líder se muestra desinteresado por lo humano está cultivando vientos, y se sabe que cosechará tempestades. La manera de mostrar interés por las personas es conversando con ellas, comunicándose.
Ahora bien, la comunicación tiene muchas aristas, y es una habilidad requerida para muchas cosas. En el caso del liderazgo, se refiere a la capacidad de escuchar, ofrecer validación, comprender el punto de vista del otro aunque no se comparta, entre otras.
Cuando tu comunicación está comprometida porque estás demasiado ocupado, ya sea por razones emocionales o cualquier otra, tu liderazgo se ve afectado y, por ende, la productividad de tu equipo.
Solución: Cultiva la comunicación efectiva
Un líder influye en las acciones de otros, los entusiasma, los motiva y les da dirección. Todo lo anterior se consigue mediante la comunicación. No basta ser un buen orador, se requiere además escuchar, ser empático, separar los hechos de los juicios, entre otras.
En definitiva, cultivar buenas prácticas de comunicación y preocuparte no solo de lo que dices, sino de cómo lo dices, potenciará tu liderazgo.
4. Dificultad para decir que no
Un error frecuente al ejercer el liderazgo es actuar con complacencia. Un líder que evita decir que “no”, se puede convertir en un obstáculo para el cumplimiento de los objetivos de la organización.
Una competencia importante es poner límites, y carecer de ella pone en riesgo tu gestión y tu autoridad.
Solución: Límites firmes
Cualquiera que ha tenido hijos sabe lo que puede pasar si es muy indulgente con ellos. Salvando las distancias, los colaboradores requieren límites claros y firmes. Esto no significa que siempre dirás que “no”, solo que evitarás decir que “sí” cuando consideras adecuado negarte.
Otro aspectos que conviene recordar es que firme no es agresivo; cuando te piden algo que consideras inapropiado puedes decir “no” con respeto y sin que eso sea una dificultad. En este sentido, firmeza solo quiere decir que seas consistente con el límite.
5. Obviar el reconocimiento
Un ejercicio del liderazgo centrado exclusivamente en la tarea y que se distrae de las personas es otro error común.
Cuando la atención está centrada en los logros puede olvidar la necesidad de reconocimiento de las personas. Tus colaboradores pueden sentirse relegados y poco valorados, disminuyendo con ello su rendimiento y perdiendo el propósito de su rol.
Solución: Celebra los logros
A veces se asocia el liderazgo con la gravedad y seriedad, pero esto ya no aplica. Se puede ser líder y reconocer de forma pública y privada los logros de las personas.
Un aspecto que te recomendamos recordar es que los reclamos se hacen en privado, mientras que las felicitaciones se hacen en público. Esto incrementa la motivación y hace que los colaboradores se esfuercen más, en búsqueda de recibir valoración y al sentir que son realmente necesarios para la empresa.
Estar al frente de un equipo demanda habilidades para dirigir personas, por ello te conviene implementar buenas prácticas, evitando con ello los errores más comunes. Enfocar en los objetivos, priorizar, cultivar buenas prácticas comunicacionales, poner límites firmes con suavidad y celebrar los logros con tu equipo potenciará tu liderazgo.
Excelente artículo. Simpre me pregunto si estaré haciendo bien como líder
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Muy buen post, muy recomendable! Un cordial saludo.