La transformación organizacional es un imperativo de estos tiempos, con mayor razón después de las crisis. En Chile hemos afrontado enormes desafíos: primero, los eventos de octubre 2019 que sacudieron el orden tal como lo conocíamos; y ahora, la Covid-19.
Se imponen cambios en escenarios inciertos que trascienden nuestras fronteras, pero al mismo tiempo es necesario recomenzar. Reconfigurar el norte, prever las barreras que podrían impedir el avance, anclarnos en nuestros valores empresariales, involucrar al equipo y salir de la inercia son acciones críticas de éxito para llegar a puerto seguro.
Reconfigurando el norte de tu organización
Hoy, más allá del impacto sanitario que nos deja la Covid 19, es imperativo poner en acción la economía y, como empresario, hacer tu contribución navegando tu barco a puerto seguro. Las preguntas que surgen de inmediato son: qué hacemos o en qué dirección marcamos el rumbo.
Hay tres elementos que deben ser analizados para reconfigurar el norte de tu organización:
1. Cadena de suministros
2. Operación del negocio
3. Factores financieros y externos
Es el momento de adaptar las prioridades a las necesidades
La transformación organizacional debe tener como norte las necesidades reales; es muy fácil quedar en la situación de estar “apagando incendios”; por eso, hoy tu posibilidad como empresario es darle prioridad a los requerimientos del negocio y de tus clientes.
Vivimos una crisis económica nunca antes vista, de magnitudes mundiales pero con forma de V, en la que se espera una rápida recuperación pero con un oscuro panorama financiero en el corto plazo. Por ello, hay tres habilidades que determinarán quiénes lograrán surfear la ola:
1. Agilidad. Se necesitan respuestas rápidas, manteniendo abiertos los canales de comunicación y tomando decisiones oportunamente.
2. Negociación. Es imperativo conversar y alcanzar acuerdos con la visión de ganar-ganar.
3. Pensamiento innovador. Ser pionero para encontrar respuestas diferentes que permitan alcanzar los resultados requeridos.
¿Qué barreras podrían impedir a tu organización retomar sus actividades?
En definitiva, las amenazas están presentes. Por eso, la transformación organizacional debe ser rápida y certera, superando en forma ágil las barreras en escenarios cambiantes.
La prioridad inicial está en contar con la capacidad financiera para afrontar la crisis; analizar los números es fundamental, ya que permitirá cumplir los compromisos con proveedores, acreedores y colaboradores.
Analizar la cadena de suministros permite evitar otras barreras, en especial si estos son importados, ya que con las fronteras cerradas de muchos países, posiblemente haya que encontrar proveedores alternativos.
Adicionalmente, es importante estar atentos a las disposiciones de las autoridades locales y nacionales, ya que sus decisiones modifican los escenarios de operación.
Los cambios en las dinámicas familiares también pueden transformarse en una posible barrera para retomar las actividades. Mientras los colegios permanecen cerrados, los colaboradores con hijos pequeños pueden requerir apoyo extra para su cuidado.
Las brechas que existan en las competencias conversacionales pueden ser un riesgo importante en estos tiempos, ya que coordinar las acciones que conducen la normalización de las actividades demandará de muchas habilidades para el diálogo y la negociación.
Conviene prestar atención a estos indicadores, ya que cada uno de ellos puede funcionar de forma independiente y, en último caso, la tarea es retomar la producción.
Cómo apalancar el reinicio en función de los valores corporativos
La crisis nos ha sacudido; sin embargo, en este proceso en el que el panorama aún no está claro y todos tienen opinión, el camino más certero es centrar la mirada hacia dentro de la organización, y realzar la identidad corporativa a través de la fidelidad a los valores.
En tal sentido, lo primero es hacernos preguntas que en apariencia se ven sencillas; sin embargo, estas nos conectan con lo que somos y lo que proyectamos, y también con lo que queremos conservar en el manejo de esta situación.
Tres interrogantes, inicialmente: ¿estamos haciendo lo correcto? Con ella evaluamos el costo de nuestras acciones en lo inmediato y a largo plazo. Lo correcto tiene que ver con la manera en que somos coherentes con nuestros valores.
La segunda interrogante es si estamos siendo transparentes, si estamos comunicando el marco de las decisiones que estamos tomando para que nuestros stakeholders puedan comprendernos.
Y finalmente, ¿estoy escuchando y tomando decisiones en forma conjunta? Procura escuchar a los involucrados, esto ayudará a que las acciones puedan ser tomadas de forma más expedita, ya que habrá menos resistencia.
Recomendaciones para involucrar al equipo y sacar la organización de la inercia
Lo primero es crear un equipo para atender la crisis, conformado por los principales responsables por áreas. De esta manera las decisiones se agilizarán, y se considerarán sus consecuencias en otras áreas de la organización.
Se debe elaborar y comunicar un protocolo donde se expresen los compromisos de la empresa y las acciones para atender las situaciones que ya se conocen. Este debe ser actualizado cuando ocurran contingencias no contempladas, para así tener cursos de acción estandarizados para el futuro.
Es imperativo conocer la situación de la cadena de suministros, desarrollar planes alternativos y encontrar proveedores de respaldo. No se puede perder de vista la posibilidad de que tengamos compromisos financieros que no podamos cumplir en lo inmediato, entonces es importante tener las conversaciones a tiempo para mantener relaciones de largo plazo.
Lo que puede funcionar como palanca para avanzar a paso firme es mejorar nuestra relación con los clientes; todos estamos en la misma tormenta, pero no en el mismo barco. Por ello, conversa con ellos, llega a acuerdos de pago, haz lo posible por recuperar las cuentas por cobrar, en términos que todos ganen.
Con estas recomendaciones puedes ir navegando en estos tiempos tan tormentosos.
Conclusiones
Para subsistir como empresa después de la crisis es requisito la transformación organizacional. Esta permitirá ajustarnos a un mundo que está cambiando a pasos acelerados.
Agilizar la toma de decisiones, examinar la cadena de suministros y mantener la vista en las finanzas de la organización son acciones más relevantes que nunca. Es fundamental apegarse a los valores corporativos y atender a los stakeholders.
La crisis pasará, y cuanto mejores sean tus respuestas para tus stakeholders en el presente mejores serán los augurios para el futuro.